He bajado tres veces a viña y las tres veces he visto a esa mujer que a veces se azota la cabeza contra la reja del banco en plaza sucre. La primera vez estoy en la fila del colectivo. Juego la leyenda de zelda en un emulador de nintendo en el celular, trato de conservar los corazones para tirar rayos. El ruido de una campana en un pueblo chico me hace perder. Los golpes de la mujer se escuchan tan fuerte, que un montón de palomas salieron volando.
La segunda vez estoy en la fila del
correo. Juego final fantasy 3 en un emulador de super nintendo. Es esa
parte terrible donde el samurai ve como el tren se lleva a su familia.
La mujer está envuelta en una frazada al lado de la fila. Un brazo
sujeta un cuaderno de cuadros marca auca. El brazo está lleno de
pulseras de colores. Bajo las pulseras de colores hay muchos tajos en la
carne. Desde mi lugar en la fila veo que lleva una bolsa. La bolsa está
llena de revistas de sopas de letra y crucigramas. La mujer tiene unas
impresiones de dibujos para colorear. Flores, gatos, perros. Pone la
impresión de un gato sonriente y lo calca en su cuaderno. La fila avanza
y dejo de verla.
La tercera vez estoy en la fila del banco. Estoy
jugando el chrono trigger en un emulador de súper nintendo. Voy en la
parte de los dinosaurios. La mujer está al lado de la fila envuelta en
una frazada. Pero hay bastante sol y es la primera vez que veo su cara.
Debe tener 35 años. Dentro de la bolsa lleva el cuaderno auca donde
dibuja y las revistas de sopa de letra y crucigramas. Con dos palillos
largos teje algo usando lana de color rojo.