permisos

 Un amigo me dijo que si uno pone un cero antes del rut en la comisaría virtual, salía un permiso gratis. Le hice caso, puse mi rut con un cero antes y la comisaría virtual se comío los dos pases para salir al mundo exterior de esta semana. Por algún motivo me arroja que no estoy autorizado para sacar ningún tipo de papel... Entonces llamé al teléfono que ponen ahí como call center. Según la operadora habían 112 personas antes que yo esperando ser atendidas. Dejé el celular sonando mientras buscaba otra forma de planear mi escape de la casa. La semana anterior había sacado la clave única para ir al colegio en belloto. Mientras trataba de recordar cual era esa clave, la operadora de los pacos bajaba el número de espera. Cuando llegó al número 80, la llamada se colgó sola.
Luego de acordarme un rato del capitán crespo, logro entrar a la comisaría virtual con la clave única y solo me deja sacar un permiso. Es un papel para ir a un colegio a buscar textos escolares. No importa, lo imprimo. Agarro el pdf de una salida al súper de hace dos semanas y le cambio la fecha por la de hoy con el photoshop.
Salí a la calle con los dos permisos, uno inútil y otro falso. Me hago un pitillo de tabaco y me lo fumo en una esquina del paradero ocho detrás de un camión que hacía sombra. Pienso en que papel tendrá mas valor. En eso la ventanilla del conductor se abre y el tipo que maneja me pide un cigarro. Yo le ofrezco la mitad de lo que quedó de mi tabaco y el tipo me dice (muy decepcionado) pensé que era marihuana. Sube la ventanilla y el camión parte. Hay un gran sol de primavera, así que me muevo rápido.
Hago la fila para entrar al líder y muestro el permiso inútil en la puerta de entrada. Me ponen el termómetro en la cabeza y paso. Cuando llego al segundo piso, le muestro el mismo permiso al segundo guardia. El sujeto lo mira, pone cara de enojo y me dice que ese permiso no le sirve porque es para ir a un colegio. Yo le explico que fui al colegio y que a la vuelta pasé a comprar lentejas. El guardia me dice que el permiso para ir al colegio solo es para ir al colegio. Tengo que sacar el permiso que es para ir al supermercado si quiero comprar algo. No importa. Le digo q volveré en unos minutos y me pongo contra un muro simulando que estoy sacando un permiso en el celular. Pienso que debería volver a instalar el emulador de súper nintendo para momentos así. También pienso que la situación es bastante estúpida, porque el permiso falso lo tengo impreso y doblado en el bolsillo de la chaqueta. Dejo de fingir y hago nuevamente la fila hasta que llego al guardia. Pudo sacar el permiso? si por supuesto aquí está. El guardia lee el pdf impreso, me toma la temperatura y me deja entrar a comprar. Una vez adentro metí un paquete de lentejas en mi mochila, compré algunas cosas, veo si hay alguna figurita de han solo para pelarme, pero solo hay storm troopers y la verdad no me gustan mucho.
Salgo del líder y me despido de ambos guardias y me dirijo al colectivo para volver a la casa. Tengo un permiso falso en un bolsillo y un permiso inútil en el otro. Unos infantes de marina me detienen y me piden mis documentos. Yo me los quedo mirando tratando de recordar cual papel está en cual bolsillo y cual me serviría en una situación así. No importa. Saco el que tengo en el bolsillo izquierdo y se los paso sin verlo. El sujeto del fusil me pide el carnet. Los soldados juntan ambos papeles y los miran poniendo cara de enojo, me devuelven mi carnet y mi papel y se van sin despedirse. No importa. Al menos logré salir de la casa.
Estoy esperando colectivo en la fila al lado de plaza sucre, frente al cine arte. Cerca hay un banco bci, y en la escala de ese banco, unos vagabundos están durmiendo. Uno de ellos está envuelto en una frazada y cada cierto rato grita. Cada vez que grita azota su cabeza contra la malla metálica del banco. Por los gritos que da se nota que es una mujer.
Voy a un negocio cercano y pregunto si tienen el número del cuadrante de la policía. La señora del negocio me pregunta porque lo necesito. Yo le digo que hay una mujer afuera haciéndose daño y que quizás necesita ayuda. La señora del negocio se ríe y me dice que ya están todos chatos de la mina que se azota la cabeza. Mejor dejarla tranquila. Salgo del negocio y miro hacia los vagabundos del banco. Parece que la mujer está mas tranquila. Tiene todo el cuerpo cubierto por una frazada y no se le ve la cara. Solo tiene un brazo fuera de la manta que sostiene una cocacola de medio litro.