poemas para quemar farmacias
a mi hijo, Martín el humano
este cerro no tiene cura
hay escalas y quebradas
pequeños bosques secos
posas ocultas
banderas desteñidas de ningún país conocido
la única forma de bajar la quebrada
es lanzarse de una vez
si bajas despacio, con cuidado de no caer
terminarás en el piso
abajo están las ciudades
ciudad no es mas que una palabra, recuerda
este cerro no tiene remedio
por todas partes crece el litre
y las hortensias
las ortigas
el cardo mariano
árboles de mala sombra
matas salvajes de menta y manzanilla
boldo para la wata
enormes eucaliptos que secan la tierra
pero curan el asma
la ruda que se marchita si la miran los fantasmas
yerbabuena cedrón y melisa para dormir
el veneno es mas antiguo
que el adobe dentro de las paredes de las casas
tenemos las mismas heridas
las carreras cerro abajo
en cartones o rodando
entre bichos y maleza
dando los saltos mas largos que nos permiten las piernas
una quemadura en la piel
costras en las rodillas
cabeza rota
una carie
un perdigón enterrado
un ojo vaciado
oh cariño!
esto no tiene remedio
esta ciudad a los pies del cerro
la soñamos cuando tuvimos fiebre
hay olor a sala de espera
a salbutamol pastillas molidas
inhaladores salas de nebulización
y sangre
es el mudo corazón del incendio
aquí las heridas no hacen ningún sonido
cuando cierran
por fin
aunque en todas las calles
hay 2 o 4 farmacias
y en todas las ferias libres
venden antidepresivos
antibióticos vencidos
parches curitas
antinflamatorios
relajantes musculares sin receta
este interminable laboratorio del dolor
este sapu
a altas horas de la noche
donde llegan los heridos
y la policía
a contastar lesiones
no tenemos cura
el presente es nuestra única arma
ciudad no es mas que una palabra, recuerda
no podrán con nosotros
todos los remedios son inflamables
y producen pequeñas explosiones
cuando se queman
las farmacias.