cosas de profe


cosas de profes.

1

la primera vez que trabajé en un colegio fue en el guillermo rivera. un miércoles llegué a casa caminando desde valparaíso, medio ebrio. en el camino me asaltaron con un cuchillo de cocina y me robaron la cámara que tenía en ese entonces. al día siguiente me levanté muy tarde y me vestí a ciegas, con una de aquellas cañas. llegué al colegio con un zapato distinto en cada pie. hice clases igual, los dos eran café, pero uno era un bototo y el otro un zapato... creo que nadie se dio cuenta.

2

trabajé en santiago, en el límite entre la florida y puente alto. yo vivía con la pri y tres gatos (abril, la plomita y la negrita) en barrio yungay... era un ambiente muy tenso.... un día la inspectora del colegio intentó darme una lección, y me escondió el notebook. ella decía que lo dejaba encima de la mesa y me lo podían robar. en el notebook tenía el starcraft y un excel con todas las notas de los cursos. entré en pánico e inventé todas las notas de mi ramo. creo que inventé unas 5 notas por alumno, en los 4 cursos donde hacía clases. casi el semestre entero.
esa misma mañana los cabros habían recogido un perrito atropellado de la calle y lo metieron en la sala para que estuviera calentito y se mejorara. le pusimos miércoles. cuando terminé la clase vi mi asiento machado de sangre. no había visto la herida abierta que tenía miércoles en la cabeza.
a fin de año, tomaron la psu en ese colegio y yo me inscribí como evaluador. cuando llegué al colegio esa mañana había un carabinero enorme en la puerta del colegio. tenía una camisa verde de manga corta. sus dos brazos tenían heridas profundas de quemaduras. también su cuello. estaba tratando de echar a miércoles, que había sanado y jugaba por ahí, feliz, escapando del policía.

3

trabajé en el paradero uno de reñaca alto, en un colegio vulnerable como una herida abierta. era solo de básica. yo hacía de quinto a séptimo. los chicos me preguntaban si sus papás me daban miedo. no pude hacer mucho ahí, ya que no soy profesor de básica, pero ellos vieron conmigo los 3 ovas de samurai x, el castillo vagabundo y el viaje de chihiro. no conocían esos monos y creo que mostrarles esas películas es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida.
recuerdo que un día, para el día de la ciencia, los chicos llevaron experimentos. uno de ellos, el que mejor me caía, hizo un cuchillo eléctrico con un pedazo de madera y dos clavos de cuatro que sobresalían en uno de sus extremos. estaban conectados a una batería con cables de cobre y cuando hacía contacto, el aparato emitía corriente. él me dijo algo que no se me olvida, ni en los peores momentos. "profe, todo ha sido así siempre para mi, he tenido que hacerlo yo, estoy acostumbrado a hacer cosas hechizas".

4

trabajé en una nocturna, 2x1 en juntas vecinales. un cabro me contó una vez sus problemas de amor. me contó que la única vez que había aprendido algo fue con un maestro fierrero que le enseñó a soldar. dijo que lo primero que hizo fue una pajera y me mostró unas fotos en su celular de una pistola hechiza hecha con dos (o tres, no estoy seguro) tubos de metal.
en otra sede, un cabro me dijo que toda su familia era frentista. me habló de cuando estuvo en la cárcel y lo mucho que le hubiera gustado fugarse, como lo intentó su tío. dice que él trató de saltar una pandereta en la cárcel, en los ochenta, porque vio la libertad ahí mismo, a un metro y lo mataron ahí de un disparo mientras colgaba del muro. pero al menos murió intentándolo. él se sentía mal porque nunca intentó fugarse de la cárcel. me mostró una foto. eran tres frentistas, cada uno encapuchado con una pañoleta roja empuñando un fusil de asalto.

5

trabajé en un colegio de monjas en placilla. me obligaban a ir a misas y a rezar y esas cosas. le pusieron demasiado color porque mandé a imprimir bello barrio de redolés. lo censuraron y aún no me lo creo. obviamente se los reimprimí no censurado a los cabros y con un montón de otros poemas divertidos y llenos de groserías. cuando llegamos a fin de año, de dirección ya casi ni me dirigían la palabra y cuando me veían caminando por los pasillos miraban para otro lado. me echaron de ese colegio un día lunes de diciembre. esa noche la pri tuvo muchas contracciones y al día siguiente nació el Martín.

6

trabajé en belloto sur en una escuela al lado de un peladero muy grande. los vecinos ocupan ese peladero de basurero, pero sería una bellísima plaza, porque está lleno de queltehues y otros pájaros que no conozco. un día un perro muerto envuelto en una bolsa de plástico negra. el olor, durante las semanas se hizo insoportable. estaba justo en un lugar en donde pasaban todos los cabros que entraban y salían del colegio. un día la muni atendió a los llamados del colegio y vinieron unos funcionarios, que tomaron un refrigerador malo y lo pusieron sobre el perro para que no se viera.
el año pasado fuimos con dos cursos al museo de la memoria en santiago, en un bus de dos pisos. cazamos pokemones en quinta normal y comimos completos. cuando volvimos al colegio, alguien (estoy seguro que fui yo) abrió la escotilla del bus porque hacía un calor absurdo y no había ventilación. cuando el bus partió, la escotilla estaba enganchada en unos cables de electricidad y el bus hechó abajo 3 postes de luz. uno de ellos cayó sobre una casa y aplastó una reja. dejamos toda la cuadra sin luz por todo el fin de semana.
para el día del libro hicimos dioramas. un chico de mi curso hizo un diorama de un comic que le había pasado, black sad, de juan díaz canales y juanjo guarnido. el diorama le quedó genial, era la última escena del primer cómic, donde black sad mata a un empresario millonario porque es la única forma en que puede hacer justicia. dijo que le gustó ese comic, porque vio que están haciendo un videojuego.
en ese colegio había un chico de octavo imposible. nadie sabía que hacer con él. lo intentamos todo. de verdad lo intentamos todo. tenía como ocho hojas de anotaciones. sus compañeros celebraban cuando él faltaba. su papá es policía de narcóticos. su mamá era adicta a las pastillas. el único momento en que logramos llevarnos bien fue cuando estaban dando la casa de papel en netflix. yo lo llamaba berlín y él me llamaba madrid. duró poco. le cerraron en semestre en novimebre, y lo pasaron de curso inventándole azules para no verlo mas. a fines de noviembre lo volví a ver. estaba en el peladero mirando al colegio, apoyado en una bicicleta, cerca del perro bajo el refrigerador. me acerqué a saludarlo, pero se puso la capucha negra de su polerón y se fue en su bicicleta. yo me quedé ahí, viendo como se alejaba, eran como las 8 de la tarde, había trabajado 12 horas seguidas y estaba atadeciendo, lo seguí con la vista mientras pedaleaba por la mitad de la calle, hasta que dobló en una esquina y ya no lo vi más.