estoy en un tren. hay un puñado de niñxs a cargo mío mirando por las ventanas. estamos atravesando un bosque entre belloto y valparaíso. afuera pasan los cerros. los cerros son extraños laberintos. en este período de mi vida no tengo un auto ni buena salud ni mucha ropa. tengo unas cámaras fotográficas en mal estado. los niñxs ríen y disparan al paisaje que escapa. no se enseñarles muy bien cómo funcionan y menos la composición de una fotografía, así que cada disparo es desde la intuición. estoy en el comedor de un sanatorio mental. trabajo con un grupo de pacientes. en este período de mi vida no tengo auto ni buena salud ni mucha ropa. tengo unas impresoras de inyección continua, una guillotina grande, mucho papel. he impreso algunos poemas de ximena rivera, jorge teillier, enrique lihn, gabriela mistral, antonin artaud, rimbaud, maiakovski, bolaño, alejandra pizarnik, borges y otrxs escritorxs que para bien o para mal he logrado conocer en persona. el sol entra por una ventana y les da a los pacientes en la cara pero no pestañean. una chica de rojo ordena las hojas donde han escrito sobre el encierro y las heridas en la mente. estamos en el patio de un psiquiátrico. el patio de un psiquiátrico es un extraño laberinto. docenas de pájaros chillan sentados sobre las rejas. me dan miedo los loros dice la chica de rojo . antes cuando caminaba por la playa miraba hacia acá arriba y veía esta gente sentada mirando al cielo. quiero escribir sobre esta ciudad, dice la chica de rojo, antes de marcharse. estoy en una sala de clases. en este período de mi vida no tengo un auto ni buena salud ni mucha ropa. llego tarde a todos lados. tengo muchos libros de poemas, una pequeña colección de fanzines y comics que traigo siempre a la sala. lxs cabrxs dibujan y recortan diarios. M está al fondo de la sala armando un libro blanco con frases de Arte Elegante. a M la mataron en un cerro de valparaíso hace unos meses. M escribe frases de canciones para armar poemas dedicados a su padre. nos  bajamos del tren. son un puñado de estudiantes conmigo. no se escucha ni el mar ni la ciudad, se escuchan risas, carreras y conversaciones criminales. y debajo el ruido metálico de los botones de las cámaras. miro fijamente al guardia de la estación. cuando se distrae le hago señales a J para que salten la barra del pasaje. D está comprando una botella de agua en el negocio al lado de la estación. me dice: no te metas en tantos problemas, yon. esta estación de trenes es un extraño laberinto, me dice. D es profesora con quien compartimos algunas protestas. murió este invierno, mientras yo hacía clases. estoy en una cancha de tierra. hay un puñado de niñxs a cargo mio. los vecinos tiran libros, cuadernos, juguetes, herramientas y sillones rotos. a veces me arranco a fumar sentado en las ruedas pintadas de colores. a veces buscamos objetos entre la basura o sacamos fotos de las flores amarillas que crecen por acá, antes que se transformen en fardos de paja seca. a veces ha llovido en la noche y podemos fotografiar las nubes reflejadas en los charcos de agua. estoy en el comedor de un psiquiátrico. Z trajo un parlante y escuchamos canciones de jazz. estamos leyendo poemas de Ximena Rivera. P es una paciente que lleva mucho tiempo en este psiquiátrico. P no puede escribir ni leer. pero a Z y a mí nos dicta cosas que les gustarìa decirle a sus padres. mis padres están muertos, dice P. con Z escribimos sus poemas y cartas lo más fiel posible. cada vez que suena el teléfono del psiquiátrico P llora, porque sabe que la llamada no es para ella. estoy en el cementerio 3 de playa ancha. he logrado llegar hasta acá con un puñado de cabrxs que están a mi cargo. trato de mantener el grupo unido, porque el cementerio es grande como una escuela. fotografiamos las tumbas y los puestos de flores. T tiene ambos brazos vendados. tiene el nombre de su abuela anotado en un papel y quiere encontrar su tumba. trato de mantener el grupo unido, el cementerio es un extraño laberinto. C escapa a fumar detrás de unas oficinas. C también tiene los brazos vendados. M.G. encontró unas arañas y se arranca para hacer que se maten entre ellas. M.G. no tiene los brazos vendados, pero estoy seguro que su corazón tiene profundas finas marcas. J y P tratan de entrar en un mausoleo abierto. B quiere llevarse algunos peluches del sector de niños. no importa. ya nos encontraremos de nuevo. acompaño a T a buscar la tumba de su abuela. el cementerio es un extraño laberinto. encontramos una pared de nichos con adornos desteñidos por el sol. los nombres apenas se pueden leer. T deja un ramo de flores y saca algunas fotos. unos días después T se escapará de una sala y se encerrará en el baño. no volverá al colegio en meses. quisiera mentirle y decirle que todo va a estar bien. solo le digo que dispare, o perderemos todos estos extraños instantes. cuando grande quiero ser fotógrafo, dice T. pero se que eso nunca me dará de comer. nos cuesta trabajo reunir a los cabrxs. avanzamos por el sector de las fosas comunes hasta la tumba de ximena rivera. en la tumba de Ximena no hay nada ni siquiera su nombre. así que seguimos subiendo hasta la tumba de Emile Dubois. todos pedimos un favor. yo le pido a la tumba del asesino que dejen de haber estudiantes con los brazos vendados. estoy en una micro camino a casa. en este período de mi vida no tengo un auto ni buena salud ni mucha ropa. pero tengo algunos libros que no he terminado de leer. este en particular, un anagrama amarillo que robé de la librería antertica. abro el libro e intento leer, pero después del trabajo los libros parecen no tener ninguna letra impresa. lo ocupo de carpeta y guardo papeles, dibujos y algunas cosas que no se como terminar de escribir.  también tengo una carta de despido recién firmada, que doblo en 4 partes para ocuparla de marcador de páginas.