estoy en un tren. hay un puñado de niñxs a cargo mío mirando por las ventanas. estamos atravesando un bosque entre belloto y valparaíso. afuera pasan los cerros. los cerros son extraños laberintos. en este período de mi vida no tengo un auto ni buena salud ni mucha ropa. tengo unas cámaras fotográficas en mal estado. los niñxs ríen y disparan al paisaje que escapa. no se enseñarles muy bien cómo funcionan y menos la composición de una fotografía, así que cada disparo es desde la intuición. estoy en el comedor de un sanatorio mental. trabajo con un grupo de pacientes. en este período de mi vida no tengo auto ni buena salud ni mucha ropa. tengo unas impresoras de inyección continua, una guillotina grande, mucho papel. he impreso algunos poemas de ximena rivera, jorge teillier, enrique lihn, gabriela mistral, antonin artaud, rimbaud, maiakovski, bolaño, alejandra pizarnik, borges y otrxs escritorxs que para bien o para mal he logrado conocer en persona. el sol entra por una ventana y les da a los pacientes en la cara pero no pestañean. una chica de rojo ordena las hojas donde han escrito sobre el encierro y las heridas en la mente. estamos en el patio de un psiquiátrico. el patio de un psiquiátrico es un extraño laberinto. docenas de pájaros chillan sentados sobre las rejas. me dan miedo los loros dice la chica de rojo . antes cuando caminaba por la playa miraba hacia acá arriba y veía esta gente sentada mirando al cielo. quiero escribir sobre esta ciudad, dice la chica de rojo, antes de marcharse. estoy en una sala de clases. en este período de mi vida no tengo un auto ni buena salud ni mucha ropa. llego tarde a todos lados. tengo muchos libros de poemas, una pequeña colección de fanzines y comics que traigo siempre a la sala. lxs cabrxs dibujan y recortan diarios. M está al fondo de la sala armando un libro blanco con frases de Arte Elegante. a M la mataron en un cerro de valparaíso hace unos meses. M escribe frases de canciones para armar poemas dedicados a su padre. nos  bajamos del tren. son un puñado de estudiantes conmigo. no se escucha ni el mar ni la ciudad, se escuchan risas, carreras y conversaciones criminales. y debajo el ruido metálico de los botones de las cámaras. miro fijamente al guardia de la estación. cuando se distrae le hago señales a J para que salten la barra del pasaje. D está comprando una botella de agua en el negocio al lado de la estación. me dice: no te metas en tantos problemas, yon. esta estación de trenes es un extraño laberinto, me dice. D es profesora con quien compartimos algunas protestas. murió este invierno, mientras yo hacía clases. estoy en una cancha de tierra. hay un puñado de niñxs a cargo mio. los vecinos tiran libros, cuadernos, juguetes, herramientas y sillones rotos. a veces me arranco a fumar sentado en las ruedas pintadas de colores. a veces buscamos objetos entre la basura o sacamos fotos de las flores amarillas que crecen por acá, antes que se transformen en fardos de paja seca. a veces ha llovido en la noche y podemos fotografiar las nubes reflejadas en los charcos de agua. estoy en el comedor de un psiquiátrico. Z trajo un parlante y escuchamos canciones de jazz. estamos leyendo poemas de Ximena Rivera. P es una paciente que lleva mucho tiempo en este psiquiátrico. P no puede escribir ni leer. pero a Z y a mí nos dicta cosas que les gustarìa decirle a sus padres. mis padres están muertos, dice P. con Z escribimos sus poemas y cartas lo más fiel posible. cada vez que suena el teléfono del psiquiátrico P llora, porque sabe que la llamada no es para ella. estoy en el cementerio 3 de playa ancha. he logrado llegar hasta acá con un puñado de cabrxs que están a mi cargo. trato de mantener el grupo unido, porque el cementerio es grande como una escuela. fotografiamos las tumbas y los puestos de flores. T tiene ambos brazos vendados. tiene el nombre de su abuela anotado en un papel y quiere encontrar su tumba. trato de mantener el grupo unido, el cementerio es un extraño laberinto. C escapa a fumar detrás de unas oficinas. C también tiene los brazos vendados. M.G. encontró unas arañas y se arranca para hacer que se maten entre ellas. M.G. no tiene los brazos vendados, pero estoy seguro que su corazón tiene profundas finas marcas. J y P tratan de entrar en un mausoleo abierto. B quiere llevarse algunos peluches del sector de niños. no importa. ya nos encontraremos de nuevo. acompaño a T a buscar la tumba de su abuela. el cementerio es un extraño laberinto. encontramos una pared de nichos con adornos desteñidos por el sol. los nombres apenas se pueden leer. T deja un ramo de flores y saca algunas fotos. unos días después T se escapará de una sala y se encerrará en el baño. no volverá al colegio en meses. quisiera mentirle y decirle que todo va a estar bien. solo le digo que dispare, o perderemos todos estos extraños instantes. cuando grande quiero ser fotógrafo, dice T. pero se que eso nunca me dará de comer. nos cuesta trabajo reunir a los cabrxs. avanzamos por el sector de las fosas comunes hasta la tumba de ximena rivera. en la tumba de Ximena no hay nada ni siquiera su nombre. así que seguimos subiendo hasta la tumba de Emile Dubois. todos pedimos un favor. yo le pido a la tumba del asesino que dejen de haber estudiantes con los brazos vendados. estoy en una micro camino a casa. en este período de mi vida no tengo un auto ni buena salud ni mucha ropa. pero tengo algunos libros que no he terminado de leer. este en particular, un anagrama amarillo que robé de la librería antertica. abro el libro e intento leer, pero después del trabajo los libros parecen no tener ninguna letra impresa. lo ocupo de carpeta y guardo papeles, dibujos y algunas cosas que no se como terminar de escribir.  también tengo una carta de despido recién firmada, que doblo en 4 partes para ocuparla de marcador de páginas.

el amor va a despedazarnos

 

el amor va a despedazarnos

 

a mis colegas y estudiantes con los brazos vendados

a Mitzi

 

imagina que tienes una herida

fina transparente

un tajo en el vidrio del espejo

nos parte el corazón

a la mitad

 

cabrxs

aquí no hay lugar para lxs amputadxs

no cabemos en la wata

de estos cuadernos

en este libro de clases

no hay palabras para tanto

 

imagina que tienes una herida

del porte de un liceo

con la forma de un planeta

una tierra transparente

donde vivimos sin saber que nos duele

 

cabrxs

no habitamos mas

el país de la herida

el país de los hospitales

nos despedimos atravesando

las canchas de tierra

las plazas abandonadas

las micros piratas

no somos nuestro dolor

recogimos del piso

dedos, brazos, cabezas

cociéndolos al cuerpo

nos despedimos

despedazados y vivos

en verdad nadie ha visto

las finas líneas debajo de las vendas

o entre los huesos.

 

imagina que tienes una herida

que habla cuando nadie está cerca

la ciudad dentro de nosotros

no tiene remedio

tampoco esta sala de clases azul

donde escribimos poemas

canciones

y pequeños incendios

 

cabrxs

me gustaría encontrar algo valioso

en la calle

y regalárselos

 

pero solo encuentro calle

cartas viejas

juguetes rotos

y la tierra pegada

a mis zapatos

 

imagina que tienes una herida

que no te controla

roja y negra

que te ha enseñado

a diferenciar los fuegos artificiales de los balazos

a memorizar el nombre de los pasajes

en medio de la noche de este pueblo

a ver, de verdad ver

quienes son ellos

y nosotrxs

no hay nada que sanar

la enfermedad

de las ciudades

los leprosarios, los manicomios

no pueden existir

en estos cuadernos que hemos escrito

en esta herida

sucia como un estuche lleno de lápices de palo

honesta igual

a la fiebre de los pájaros

que cantan

en los cerros de mas allá

como sacar fotos con unx niñx de 6 años en los hombros

como sacar fotos con unx niñx de 6 años en los hombros

esta calle
se ve desde el cielo
aunque sea un cielo falso
lleno de cables
y cámaras de seguridad
aunque sea el cielo de un supermercado
o de un banco
hay alguien ahí vigilando nuestros pasos

no mires al cielo
mira al frente
porque andas con unx niñx de 6 años en los hombros
y debes ver las trampas
metros antes de que aparezcan

debes verlas antes
de que las tengas encima

pero dispara
con una mano
gira la apertura a f.8
y la velocidad a 1/500 o 1/125
y la iso en 800 si el día está muy nublado
y deja el lente apuntando al infinito
con una mano
de memoria
con la otra mantén el equilibro
y cuenta historias

la historia de unx niñx
y su perro negro
que nunca dormía y se transformaba
en pequeñas cosas

la historia de unx niñx
que podía respirar bajo el agua
y se movía entre nosotros como si caminara bajo el mar

la historia de unx niñx
que hablaba con los dibujos en las paredes
dispara

a cualquier lugar
menos a este
a la luz que rodea las cosas

parecerán nuevas
nunca antes vistas
debes ser invisible
incomprensible
inclasificable
dentro de la ciudad
o te convertirás
en una pared
o un tornillo
en la sangre y el engrudo
que sostienen los edificios
porque todo se desarma
en las calles las cosas se queman
nada tiene forma
excepto cuando disparas
con unx niñx de 6 años en los hombros
y sus zapatillas de colores y luces colgando a los lados
y sus manos gorditas sujetando tu cabeza
riendo de todo lo que pasa
como si pudiera escuchar lo que piensas
no escuches el sonido del espejo y el obturador
concéntrate en las voces de la calle

aunque alrededor o por dentro
caiga una fina lluvia
o el sol sea insoportable sobre las cosas
la única forma de atravesarlas
es mojándose
en cada momento acontece una fotografía
los paseos en tren
al lado del mar
escarbar buscando
juguetes de plástico
en tiendas chinas
en cada momento acontece una fotografía

y no lleves nada en la mochila
nada que sea un utensilio
de trabajo
los centros de trabajo
solo producen tristeza
recuerda
la resistencia es hermosa
no temas, dispara
todos en la cámara son transparentes y desenfocados
por lo tanto no pueden vernos

y todo es fondo
me dijo una vez un amigo
no puedes enfocar nada en esta ciudad
todo es anónimo y lejano
nada te pertenece
y la atravesarás
con unx niñx de 6 años en los hombros
aunque en verdad estés solo

poemas para quemar estrellas de la muerte

 poemas para quemar estrellas de la muerte

- a ben

mañana o pasado mañana
estaremos acorralados
entre la máquina y la pared
entre el piquete y la comisaría
entre las deudas y la cesantía
entre el trabajo y la angustia

todos sabemos
a estas alturas
que las comisarías
las deudas
el trabajo
tienen la forma de un crucero imperial

esa máquina fría que está en el cielo
también está dentro de tu pecho
latiendo y evadiendo la nada
o es una estrella distante
y congelada

estoy seguro que cuando eso pase
aparecerá un x-wing solitario
y le pediremos al piloto que se identifique

no nos dirá nada

solo atravesará las avenidas  
a las multitudes desesperadas
dejando un reguero de cárceles abiertas
y puentes quemados
para que solo podamos seguir
hacia adelante

A boric

 A boric

En la última conmemoración
del 18 de octubre
me cayó un camote en el hombro
x estar muy cerca de un zorrillo.
ahora los zorrillos son blancos y las ventanas transparentes
entonces uno puede ver al policía q maneja el vehículo
y su número de serie
yo me acerqué mucho
con un 50
para hacerle un retrato al chofer del blindado.
el golpe de la piedra me hizo caer
al piso apoyándome con la palma
de las manos
el piso estaba revuelto de agua
toda ácida y de color blanco
también estaba llena de flores muertas y colillas
porque en la esquina de uruguay con pedro montt venden flores
y cigarros de contrabando
me arrastré
para que el zorrillo no me aplastara
y tampoco me pisaran los cabros y cabras
caminé sobándome durante cuadras
hasta una plaza pequeña que está cerca de la fábrica de café
me senté a fumar, entre los capuchas que cantaban
y gritaban
entonces un escapado se me acercó a pedirme cenizas
para encender una pipa de pasta
se parecía al veterano de vietnam
del poema de ginsberg
le di dos cigarros blancos y se sentó bajo un árbol
y los capuchas retrocedieron y entró la policía a ocupar la plaza
de un vehículo de transportes se bajaron
12 o 20 policías
recogieron las piedras y se las devolvieron a la multitud
el policía más grande lanzó una lata gigante
que dejó todo lleno de un gas amarillo y denso
una nube de mantequilla venenosa
me puse la máscara antigás con una mano
con la otra calculé de memoria la velocidad de obturación, el iso, y dejé el lente en 2.8
el veterano de vietnam cerca mío no usaba máscara
y fumaba de su pipa
hasta q el humo  se lo tragó
y no lo vi mas
también vi un pequeño perro gris
que se acercó a la bomba y trataba de agarrarla con la boca
y el artefacto sacaba chispas rojas
¿Son inmunes los perros al gas?
unos chicos con gorritos de animales tomaron al perro y lo alejaron de la plaza
para que no se quemara
yo no fui capaz de disparar ninguna vez
porque la espalda me ardía y no podía levantar el brazo derecho
pero eran las fotos con las que he soñado.

hace unos años bajaba a las marchas
con la esperanza de que me mataran
pero solo lograba terminar con moretones
y el cuerpo cansado
o preso...

ya no quiero morir.
Solo quería que supieras
eso


once de septiembre del dos mil once

once de septiembre del dos mil once
 
 
Nunca le prendimos fuego al gimper. al menos no ese día. Ahora me arrepiento, tuvimos que haberlo hecho. Era el 11 de septiembre del 2011, el edificio era un hermoso desastre igual que nosotros. Aún teníamos esa conservadora idea que la Victoria era imposible. A las 7 de la tarde empezaron a llegar los Cordones del eje Brasil y Frente Playa Ancha. Cabras y cabros de todas las formas y tamaños traen tambores, varas de coligue, mochilas, cadenas con candados y bidones de bencina y fierros. Después llegaron los cordones municipales: Insuco, Eduardo de la Barra, Liceo Barón, Industrial de Valparaíso. Unos 200 secundarios detonados.. Llevan muchas banderas distintas... Las banderas rojas y negras, las banderas mapuches, las banderas del cuac (que nadie sabe de donde salieron) las banderas del FAO, las banderas del cordón. las banderas de la disidencia entre la disidencia... Pero esa noche, entre bombas de humo eramos hermanos.
Estamos en el pasaje talcahuano, el amenizador está hablando, dando algunas instrucciones de como funciona el edificio. Alguien pregunta si hay libertad de bandera... nunca había escuchado esa expresión... todas las banderas son trapos plomos de noche. Hay 6 pulmones que debemos mantener funcionando. Barriles grandes de latón oxidado llenos de basura. Cuando le prendemos fuego sueltan un humo negro que sirve para empujar el gas blanco de las lacrimógenas. Mientras los gimperitos los tengan encendidos podremos respirar. El pasaje talcahuano no tiene techo y sirve para llevar a los heridos y a los que tienen ataques de pánico y a los que ya no tienen aire. Se tiran en el pasto, comen limones y aspiran amoniaco hasta que se sienten mejor y pueden volver al sartén. Tenemos muchos limones que nos regalan en el mercado el cardonal. A ellos no les gustan las manifestaciones, pero la policía les gusta mucho menos.
V me mira con su cara cubierta por una polera verde. Solo veo sus ojos almendrados y rojos. Ha estado tomando san Pedro toda la semana antes del 11, solo veo sus ojos hinchados como si llorara. Subimos al último piso del edificio y trancamos los ascensores con sillas y mesas, cerramos las escaleras de emergencia con alambre, vaciamos las oficinas y salas de sillas, pizarrones, bancas, extintores y todo lo que pueda servir para taponear las escaleras. Si los pacos entran, vamos a defender el edificio piso a piso. Cuando lleguemos a la azotea del piso 12, al lado de la bandera pirata que plantamos cuando empezamos la ocupación, saltaríamos.
El Frankestein me dice que van a subir a Rodelillos con M y J para crear una distracción, luego de eso tendremos media hora antes que nos rodeen. La semana anterior hicimos muchos viajes en la combi al peladero de un cerro de valpo a buscar neumáticos. Tenemos 100 o mas ruedas de autos y camiones en el sótano del edificio.
El Z dejó de tomar sus pastillas para la esquizofrenia hace un mes, mas o menos. Se ha dedicado a preparar San Pedro y escribir poemas. Dice que puede ver a los brujos invisibles que envió la policía. Los brujos del poder. El edificio está lleno de ellos... pero no nos harán nada mientras él esté ahí.
Me pasan las llaves de la puerta de 12 de febrero y me pongo una mascara antigás. El Frankestein deja una caja al lado de la puerta con botellas llenas de bencina. Me dice que no puedo abandonar la puerta nunca. La puerta es de metal y cuando nos agarren a postonazos puedo cubrirme con ella. Me meto el pesado candado en el bolsillo y salgo a la calle.
L y M están analizando un poste de luz. Hay 300 encapuchados afuera del edificio, quizás más. Está oscureciendo. Repartimos Guantes de construcción y cascos a los que alcancen. Los cabros y cabras se dividen las calles y las misiones. Están los puntas detonados, que tienen que ir al frente; los mulas que llevan sacos con piedras; los bomberos que tienen que mantener el lugar despejado de lacrimógenas; los médicos que llevan una mezcla de amoniaco con agua y limones; y detrás están los bombas y los fuegos, pero de ellos no puedo hablar acá.
P y su hermano A ayudan en lo que pueden. P tiene un pañuelo con lunares tapándole la cara y una chaqueta de cuero. Tiene un poema que siempre me recuerda estos momentos: "no eramos los mas bellos / pero si los más valientes". Años después nos enamoraríamos y tendríamos un hijo, pero en ese momento no teníamos idea. En la azotea C, la vigía, dice que hay fuego en rodelillos, nos queda poco tiempo.
Los mulas se ponen en fila y el Boris Karloff con el Hombre Lobo les cuelgan las ruedas al cuerpo. Cada uno tiene que correr con 3 o 4 neumáticos hasta su misión. Detrás de ellos van los fuegos con los bidones llenos de bencina para prenderlo todo. Los demás arrastran una máquina de coca cola que pesa como un elefante muerto.
Dejo la puerta de 12 de Febrero abierta y los cabros y cabras saltan a la calle como si fueran bombas cayendo de un avión. Salen gritando, riendo y delirando. Son las 9 de la noche, las sirenas se acercan. El Frankestein y el M vienen corriendo, dice que le están pisando los talones. Estamos rodeados me dice. Pero no importa, siempre lo estuvimos.
Encienden Barricadas en avenida argentina, chacabuco, brasil. Llevan la máquina de coca cola al puente de errazuriz. El humo de las ruedas oscurece el cielo. L y M y otros 100 botan un poste de luz en la esquina de 12 de febrero y la electricidad se corta. El poste cae tirando chispas y todos aúllan como lobos.
Detrás de la puerta no veo nada. Solo unas sirenas al final del callejón. Escucho unos ruidos de radio. Escucho un helicóptero. Siento que algo me golpea en el pecho. Son perdigones. La policía está disparando desde la oscuridad, a ciegas y aún así, la manga de hijos de puto nos da directo en el corazón. Están entrenados, tienen mucha práctica disparando a manifestantes.
El ejercito gimperito se mueve como un cienpiés por las calles de punto en punto dando cara y haciendo retroceder a los piquetes de pacos. Les arrojan todo lo que tienen para frenar a la policía. Alguien grita los nombres de los desaparecidos. Alguien grita el nombre de salvador allende. Alguien grita el nombre de Matías Catrileo. Alguien grita el nombre de Manuel Gutierrez Reinoso, a quien mataron hace unos meses en una protesta similar a esta. Alguien conecta a un parlante una radio y se escucha a todo volumen el discurso final, el que habla de no rendirse. Alguien hace ondear las banderas. Las banderas rojas y negras, las banderas mapuches, las banderas del cuac (que nadie sabe de donde salieron) las banderas del FAO, las banderas del cordón. las banderas de la disidencia entre la disidencia. Pero es de noche y no hay electricidad en las calles y todas se ven como trapos de color plomo. El F le hecha bencina a las piedras y las tira encendidas.
El fuego es intenso, los zorrillos entran entre la multitud cortándola como mantequilla. Piñera había comprando unos zorrillos blindados nuevos en la india y unos guanacos último modelo. Los zorrillos llenan todo con gas ácido pero salen de entre los cabros envueltos en llamas. Si se detienen explotarán. Escuchamos como gritan los pacos dentro de los blindados. Nos odian y nosotros a ellos.
Estamos cada vez más cerca del edificio. Los piquetes no pueden avanzar ningún metro porque hay mucho cabro y cabra y piedra y cadenas. Así que les tiran las máquinas encima. Mandan al guanaco huascar. Dispara por todos lados y tiene un tumbaburros de acero. Cada vez que embiste retrocedemos 10 metros. cada vez que embestimos avanzamos un metro o dos. No importa. Estamos rodeados. No importa. Hacemos barricadas con lo que queda cerca de las entradas y salidas del edificio. Cada 10 segundos se escucha un disparo. Cada vez que suena un disparo un capucha cae gritando de dolor. Los médicos le sacan el perdigón incrustado con un alicate, y los arrastran dentro del edificio. Entonces se me acerca el Diablo. El Diablo es un comunicador social que trabaja para la Placeres. Ha estado transmitiendo a la radio durante toda la noche. Nos dice que el paco de la escopeta se llama crespo. Ahí nos conocimos. Los guanacos iluminan la calle con unos reflectores gigantescos. Sus motores rugen en la calle pero nosotros gritamos mas fuerte.
Finalmente nos encerramos. Hemos perdido la calle. Estamos rodeados. Mantengo la puerta abierta para que entren los gimperitos, y entro último cerrándola con el seguro y pegando mi cuerpo contra ella. Cada vez que el ejercito gimperito se rearma abro la puerta y saltan a la calle. Es un ir y venir. Nos deshacemos pero no nos cansamos. Repetimos el baile hasta la náusea. Entra el ejercito y un zorrillo se pone en la puerta llenando el edificio de gas amarillo. Yo contengo la puerta lo mejor que puedo. La máscara me ayuda con el ácido, aunque no veo nada.
Un gorila enorme se baja del zorrillo y trata de abrir la puerta a patadas. Trato de empujarlo pero pone un bota gigante manteniendo la puerta abierta y logra lanzar una lata adentro. Es una lata de esas que revientan en pequeñas lacrimógenas chicas. Respiro rápido dentro de la máscara y no veo nada. Estoy en medio de la nube de gas y estoy muy desnutrido y no puedo sostener la puerta. El paco la abre con una sola mano. Pero detrás de mi aparecen el Frankestein y el Hombre Lobo cada uno con unos palos gruesos de madera. Abro la puerta por completo y exorcizan al paco a palos, lo suficiente para lograr poner el seguro. Saco el pesado candado de mi bolsillo. A ese ritmo perderemos la puerta. No podemos darnos el lujo de perder la puerta. Si eso pasa tendremos que activar el plan suicida. Así que bloqueamos la entrada de 12 de Febrero con sillas, ruedas, alambre. Ahora el edificio tiene una entrada y ninguna salida. Una pequeña puerta al frente, donde solo cabe una persona y solo si está agachada. Hay mucha maquinaria afuera, los motores de los blindados rugen. Nos tapan en bombas que caen del cielo dejando líneas blancas en el aire. Hacen un sonido intenso al explotar y las chispas queman. Los cabros y cabras tienen que salir de a uno a dar cara, pero cada vez que abrimos la puerta nos disparan. Los balines sacan chispas de la reja y el portón y se incrustan en la piel. Duelen como el infierno. El ejercito gimperito trata de hacer escudos con las mesas. La madera se astilla cuando reciben los perdigones y balines.
Los pasillos del edificio están saturados de pequeños tarros donde han prendido fuego para que el humo espante la lacrimógena. Hay cabros y cabras tirados por aquí y por allá. No tienen fuerza ni para levantar la cabeza. Estoy cansado y me duele el cuerpo. Con P nos vamos a descansar. Afuera sigue la guerra. Los cabros y cabras pelean cuerpo a cuerpo. No importa si me despiertan a palos. Ha sido mucho gas, una noche intensa como ninguna.
Al día siguiente no hay policía y todo el edificio está cubierto de una sustancia blanca y tóxica. Con P debemos irnos a Santiago. Cuando miro atrás, en la terraza del gimper esta el J con el Frankestein y el Hombre Lobo. J está sin polera, guata blanca al aire, tiene en las manos un juguete que tira burbujas de jabón cuando sopla. En los parlantes suena algo. La bandera pirata flamea bajo la primavera de septiembre.

la mujer

He bajado tres veces a viña y las tres veces he visto a esa mujer que a veces se azota la cabeza contra la reja del banco en plaza sucre. La primera vez estoy en la fila del colectivo. Juego la leyenda de zelda en un emulador de nintendo en el celular, trato de conservar los corazones para tirar rayos. El ruido de una campana en un pueblo chico me hace perder. Los golpes de la mujer se escuchan tan fuerte, que un montón de palomas salieron volando. 


La segunda vez estoy en la fila del correo. Juego final fantasy 3 en un emulador de super nintendo. Es esa parte terrible donde el samurai ve como el tren se lleva a su familia. La mujer está envuelta en una frazada al lado de la fila. Un brazo sujeta un cuaderno de cuadros marca auca. El brazo está lleno de pulseras de colores. Bajo las pulseras de colores hay muchos tajos en la carne. Desde mi lugar en la fila veo que lleva una bolsa. La bolsa está llena de revistas de sopas de letra y crucigramas. La mujer tiene unas impresiones de dibujos para colorear. Flores, gatos, perros. Pone la impresión de un gato sonriente y lo calca en su cuaderno. La fila avanza y dejo de verla.


La tercera vez estoy en la fila del banco. Estoy jugando el chrono trigger en un emulador de súper nintendo. Voy en la parte de los dinosaurios. La mujer está al lado de la fila envuelta en una frazada. Pero hay bastante sol y es la primera vez que veo su cara. Debe tener 35 años. Dentro de la bolsa lleva el cuaderno auca donde dibuja y las revistas de sopa de letra y crucigramas. Con dos palillos largos teje algo usando lana de color rojo.